No me interesa García Luna, pero sí me importa sobremanera la congruencia gubernamental federal en la PROCURACIÓN DE JUSTICIA, piedra angular donde debe descansar el verdadero combate a la delincuencia; ¡TODA!…organizada y desorganizada.
Entonces explíquenos: Cómo está éso de que a GARCÍA LUNA, EL Secretario federal de Seguridad Pública, NÓ se le debe investigar porque, según dice un senador… “…No es a raíz de una acusación de un narcotraficante por lo que se debe investigar a un funcionario…”
Si precisamente en éste sexenio, aproximadamente el 90% de las investigaciones penales de la PGR, de mayor impacto mediático y social, vinculadas con funcionarios federales, estatales y municipales a quienes se les han imputado vínculos con el narcotráfico se han realizado precisamente por denuncias hechas ¡por NARCOTRAFICANTES!... quienes, en su mayoría, han asumido la “categoría” procesal de los pomposamente llamados “TESTIGOS PROTEGIDOS”.
¿Ejemplos?; ¡uf!...en ahorro al espacio, solo DOS le recuerdo… La famosa “operación limpieza” y el yá también tristemente célebre llamado “El Michoacanazo”.
Entonces: ¿Cuándo SÍ valen esas denuncias y cuándo NÓ?
Por congruencia jurídica penal, salud gubernamental y respeto a la memoria e inteligencia social es saludable que a los ciudadanos mexicanos nos lo expliquen.
Se lo afirmo Senador; desde el momento en que México cayó en la trampa estadounidense de ACEPTAR las ANTICONSTITUCIONALES “denuncias anónimas” –Normalmente provenientes de delincuentes y agentes encubiertos al servicio de agencias extranjeras– y las “imputaciones” provenientes de delincuentes bajo el cínico ropaje de los mercenarios llamados “TESTIGOS PROTEGIDOS”, prostituyeron el sistema persecutorio y probatorio de la justicia penal mexicana y sentaron las bases donde actualmente se regodea la delincuencia internacional que opera en México confrontada con la delincuencia nacional, buscándo desplazarse unos a otros, no pocas veces ámbos, con apoyos oficiales.
Por eso ahora, también ustedes los políticos y funcionarios, caen en sus propias trampas legales.
Por deber profesional conozco la psicología e idiosincrasia del narcotraficante nacional y el extranjero, y creo firmemente que en el país álgo le urge atender al gobierno mexicano FRENTE a las grotescas mentiras sostenidas por el gobierno de Estados Unidos sobre el narcotráfico en México y la “violencia” que dice irradian hacia territorio estadounidense, PRETEXTO con el cual está endilgando a nuestro país una absurda “guerra” con un criminal sacrificio de la seguridad pública y los derechos civiles del pueblo mexicano.
Por ello puntualizo:
No se engañen señores estadounidenses ni engañen a su pueblo… la violencia del narcotráfico la vive, la ha vivido y la vivirá Estados Unidos desde SIEMPRE como consecuencia de los propios grupos de la mafia y los cárteles de Narcotraficantes ESTADOUNIDENSES ciudadanos de ése País.
No se engañen, ni engañen a su pueblo… ésos narcotraficantes que dicen hoy se matan y decapitan en Estados Unidos, viven y operan en él protegidos por policías, funcionarios y políticos estadounidenses corruptos, cooptados por los narcotraficantes de ésa propia Nación.
No se engañen, ni engañen a su pueblo…los delincuentes mexicanos que el gobierno de México combate solo son proveedores COMPLEMENTARIOS de las drogas que se PRODUCEN, controlan y consumen en los Estados Unidos por los narcotraficantes y drogadictos de ése País.
No se engañen, ni engañen a su pueblo…la violencia en México está patrocinada por los propios estadounidenses quienes DIRECTAMENTE surten todas las Armas a los narcotraficantes que operan en México.
No se engañen, ni engañen a su pueblo…la realidad de su desesperación es por la urgente necesidad que tienen de asumir EL CONTROL del corredor por México del paso de la COCAÍNA procedente de Colombia y el control económico-militar regional de México y el resto de Latinoamérica.
No se engañen… desde aquí, desde México, los vemos y los conocemos muy bién.
Nó se engañen…la inexperiencia y fascinación del presidente Calderón, NÓ es la del pueblo de México.
Lic. Pedro García Palazuelos.
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