Desde mediados del año 2007 lo expresé por primera vez; estamos llegando al final del 2010 y las condiciones de aparente ineptitud en la comprensión y percepción de las CAUSAS REALES del narcotráfico en México, continúan presentes.
Es preocupante para el país la aparente ingenuidad y la lentitud con la que se leen en México por los gobernantes y los grandes medios informativos los sucesos criminales vinculados con la operación encubierta de la que es víctima el pueblo mexicano bajo la falsa bandera de una “guerra contra el narcotráfico”.
Ilícita actividad mercantil de las drogas que EXISTE en todo el mundo y de la que México, NÓ es factor fundamental para su EXISTENCIA ní “exterminio”; como todos, fundamentalmente Estados Unidos, pregona y pretende hacer creer.
Dice al respecto el profesor JAMES PETRAS, docente de la Universidad de Columbia, en Nueva York:
«Los investigadores del Congreso de los Estados Unidos, algunos ex banqueros y los expertos financieros internacionales, coinciden todos en que los bancos estadounidenses y europeos blanquean cada año entre 500.000 millones y un billón (con “b”) de dólares de dinero sucio, suma a la cual la mitad corresponde a los bancos estadounidenses.»
Aparentemente el gobierno ejecutivo federal mexicano cree que el objetivo de su ERRADICACIÓN es REAL, cuando en REALIDAD, lo que acontece actualmente en México es solo EL TÍPICO desarrollo evolutivo de operaciones paramilitares encubiertas ejecutadas por mercenarios contratados ex profeso para el fin de CONTROLAR el trasiego económico operativo de la COCAÍNA y el control MILITAR regional de Latinoamérica.
Lo que REALMENTE se aprecia en México es que están operando en suelo mexicano al menos 17 compañías contratistas estadounidenses de mercenarios (reconocido ya oficialmente por ellas mismas) cuyos elementos conforman TODA la logística operativa aparentando ser VERDADEROS GRUPOS DEL NARCOTRÁFICO ejecutando distintos cometidos criminales CON LA APARIENCIA de narcotraficantes.
Actúan brazos operativos de gatilleros ejecutores generales; operadores de supuestas sublevaciones civiles; de actos criminales VARIOS (detonación de Carros-Bomba, extorsiones, ejecuciones masivas contra grupos civiles vulnerables, ataques a embajadas, instituciones y empresas emblemáticas, etc.) que se encuadren en la categoría de terror ciudadano y terrorismo; y, de células ejecutoras de ACCIÓNES públicas de alto impacto con sucesos que ocupen la mayor cobertura publicitaria.
El fin es aprovechar al MÁXIMO –dicho también yá ante el Congreso estadounidense en este año 2010, por el comisionado contra las drogas de ése país– el poco tiempo que le queda yá al sexenio del actual presidente mexicano para –Y ASÍ SE DIJO TEXTUALMENTE– “lograr exterminar el mayor número de narcotraficantes mexicanos, ántes de que el actual presidente de México deje el Cargo”
Pareciera que es la ignorancia e inexperiencia –confesada recientemente por el propio ejecutivo federal– en el campo del narcotráfico, ó, en su defecto –lo que sería mas ruín– su proclividad (voluntaria u obligada) a complacer las exigencias estadounidenses las que impulsan ése operativo.
Ése gran ariete permisivo DELICTIVO tiene a México sumido en la más GRAVE, HUMILLANTE Y SANGUINARIA inseguridad pública ciudadana JAMÁS padecida por el país en su historia pública cívica.
Evidentemente en la ciudadanía mexicana está creada la percepción de que en tal operativo encubierto existe la intervención, en algún grado, del Comando Norte (Northcom) norteamericano.
Lic. Pedro García Palazuelos.
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